Hallábame yo dormitando una merecida siesta en una casa rural del Molína de Aragón cuando de repente aparece en la pequeña pantalla de la televisión Jesús Lizano. Recita un poema en un nuevo programa de La 2 y me quedo sin palabras, mamíferos espeta. Acabo de descubrir a mi nuevo ídolo de la poesía tras de esa barba unamuniana y ese tono como de don Quijote en fase terminal.
Así que por la noche me conecto clandestinamente a la red wi-fi de la casa y me pongo a trastear por internet descubriendo Lizania, su página web. A-co-jo-nan-te. Este hombre cuelga todos sus libros en formato pdf en su página, que para alguien que vive de lo que escribe no sé si es un gesto de valor cultural o una locura. Las teorías a cerca del comunismo poético de Lizanote de la Acracia son tan increíbles que casi mejor que las descubráis vosotros mismos.
Ahí os dejo uno de los poemas que más me ha gustado de su libro Novios, mamíferos y caballitos:
LAS PERSONAS CURVAS
Mi madre decía: a mí me gustan
las personas rectas
A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.
Así que por la noche me conecto clandestinamente a la red wi-fi de la casa y me pongo a trastear por internet descubriendo Lizania, su página web. A-co-jo-nan-te. Este hombre cuelga todos sus libros en formato pdf en su página, que para alguien que vive de lo que escribe no sé si es un gesto de valor cultural o una locura. Las teorías a cerca del comunismo poético de Lizanote de la Acracia son tan increíbles que casi mejor que las descubráis vosotros mismos.
Ahí os dejo uno de los poemas que más me ha gustado de su libro Novios, mamíferos y caballitos:
LAS PERSONAS CURVAS
Mi madre decía: a mí me gustan
las personas rectas
A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.
Un verdadero descubrimiento, si señor,... estoy enganchada, no puedo dejar de leerle!
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